publié 2018-01-03 par
Lisandra Nieto Basnueva
Trayecto casi obligado para quienes visitan La Habana. En toda su longitud hay más de 200 años de historia, y también cultura, tradición y hasta toques de modernidad. Desde su origen, muchos han sido sus nombres: Nuevo Prado, Paseo de Isabel II o Martí, o Prado a secas, como popularmente se le llama.
Situada muy cerca de La Habana Vieja, esa concurrida avenida se extiende desde el Malecón hasta la Fuente de la India, estatua inspirada en la leyenda de la mítica aborigen “Habana”, de quien se cree que toma el título la capital de Cuba.
Colindante a ese monumento de mármol blanco de tres metros de altura, se haya de un lado el Parque de la Fraternidad, repleto de bustos de líderes del continente americano, y del otro el hotel Saratoga, frecuentado ya por numerosas personalidades de la cultura y la política extranjeras, como Madonna, Beyoncé y hasta el propio Rey de Marruecos.
Pero quizás lo más admirable de esta zona citadina, que la convierte en un enclave turístico por excelencia, es el emblemático Capitolio, devenido joya arquitectónica del hemisferio occidental. Hacerse una selfie frente al majestuoso inmueble –hoy sede del Parlamento cubano- es casi un ritual entre quienes recorren por vez primera la urbe habanera.
Y a solo unos pasos, apenas una calle de por medio, se encuentra el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la más antigua institución teatral en activo de Latinoamérica. Su arquitectura, rica de elementos en estilo neobarroco, seduce al transeúnte sobre todo en la noche, cuando las luces que la rodean hacen resplandecer la fachada.
Justo al frente, en el Parque Central, se levanta una singular estatua del Apóstol de Cuba, José Martí. Y próximos a esta plazoleta pavimentada, sede habitual de “calientes” charlas populares sobre béisbol, se divisan el Museo Nacional de Bellas Artes y los hoteles Plaza, Iberostar Parque Central y el Manzana Kempinski, la primera instalación cinco estrellas plus en la Isla.
También distinguen el populoso Prado lujosos restaurantes estatales y privados, y los hoteles Inglaterra, Telégrafo y Sevilla, aunque pronto se sumarán el Packard (en 2018) y Paseo del Prado (un año después), ambos, al igual que el “Manzana”, para complacer los gustos más exigentes del mundo.
Para seguir el “paseo”, rumbo hacia el Malecón, se recorre un parque alargado, bajo la custodia de ocho estatuas de bronce con forma de leones. Esta ruta constituye la zona peatonal de Prado, y es escenario además de exposiciones artísticas y actividades recreativas.
Al final de esa avenida está la Fortaleza de San Salvador de la Punta, que ha vigilado la entrada de la Bahía de La Habana durante más de 400 años. En su explanada se exhibe una placa con forma de siete, que simboliza la declaración de la capital cubana como una de las siete ciudades maravillas del mundo moderno.
Después de este periplo, seguramente querrás conocer más de cerca estos encantos que resguarda el Paseo del Prado. De ser así, aquí encontrarás interesantes detalles de cada uno de ellos, mediante textos e interesantes imágenes que te pondrán a viajar en pocos minutos.
Por Lissett Izquierdo Ferrer
Fotos: Abel Padrón Padilla
(ACN)