Dos parques habaneros y una vida cinética a su alrededor

veröffentlicht 2018-01-22 durch Lisandra Nieto Basnueva

   El béisbol es el pasatiempo predilecto en este destino caribeño, y de lo que más se habla, probablemente, en el Parque Central. La explanada, al frente del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, acostumbra a reunir un sinnúmero de fanáticos y atestiguar acaloradas charlas sobre el deporte de las bolas y los strikes.

   Pocos visitantes pueden pasar por alto la famosa peña mientras transitan por esa plaza pública, presidida por la primera estatua del Héroe Nacional José Martí, emplazada desde el 24 de febrero de 1905 en el mismo lugar donde estuviera durante años el monumento de mármol de Isabel II.

   Y si este resulta un sitio habitual de encuentros, la afluencia se repite en el cercano Parque de la Fraternidad, solo que aquí las reuniones entre dos (o más) son aderezadas con un ambiente donde la historia se mezcla con la vida cotidiana de los cubanos.

   Más de 20 bustos de líderes del continente americano, entre ellos Bolívar, Juárez, Toussaint Louverture, José de San Martín, Bernardo O´Higgins y Juan Pablo Duarte, enaltecen un sitio que durante el siglo XVIII sirviera como espacio recurrente para el despliegue de desfiles militares.

   Aunque, desde aquí otro viaje al pasado experimentan los transeúntes, en particular los extranjeros. Y es que en la zona circulan gran cantidad de “almendrones”,  colección rodante que le otorga a Cuba la distinción de poseer uno de los parques automovilísticos más antiguos y conservados del mundo.

   A esta plaza suelen venir quienes aprovechan la extensa área arbolada como escenario para el romance, o para citarse con amigos o simplemente tomar un descanso del sol. Entretanto, predominan quienes acuden a ella como punto de partida, al estar rodeada de varias paradas de ómnibus que conectan al viajero con diferentes partes de La Habana. (ACN)

Por: Lissett Izquierdo Ferrer

Fotos: Abel Padrón Padilla

(ACN)

 

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