veröffentlicht 2018-07-05 durch
Lisandra Nieto Basnueva
Cuba ha apostado en materia turística por un desarrollo sustentable con total respeto a la privilegiada herencia legada por la naturaleza y sus antepasados. Sus ciudades patrimoniales impactan con su magia a los clientes y recorrerlas constituye un programa formidable.
Primero los colonizadores españoles fundaron la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa (1511) y más tarde -1513- correspondió el turno a San Salvador de Bayamo.
Fue el 1514 un período de mucha actividad: surgen entonces las Villas de la Santísima Trinidad, la de Sancti Spíritus, la de Santa María del Puerto del Príncipe, posteriormente llamada hasta hoy Camagüey; y el asentamiento inicial de San Cristóbal de La Habana.
Entre los villorrios primigenios comparecen, además, Remedios y Santiago de Cuba. La más joven- data de 1819- es la bien bella y marinera Cienfuegos, con un reconocido estilo afrancesado.
Son estas las urbes que quedan para siempre en la memoria. Se erigen ellas por sí mismas en fuertes imanes para los veraneantes que escogen a la ínsula como su destino, por los encantos del país y su pueblo.
Visitarlas deviene inobjetablemente un viaje a un pasado enriquecedor, donde cada piedra e inmueble tienen mucho que contar, muchos secretos que develar.
Por Luz Marina Fornieles Sánchez (ACN)