Published on 2018-02-02 by
Lisandra Nieto Basnueva
Si las populares arterias capitalinas de Prado y Malecón se distinguían por reunir muchos de los hoteles más antiguos del país, ahora adquieren mayor fama con la presencia, muy cercana, de la primera instalación turística de lujo cinco estrellas plus de Cuba, el Manzana Kempinski La Habana.
De la mano de la reconocida cadena europea Kempinski, la majestuosa instalación -de 246 habitaciones- dice satisfacer los gustos más exigentes del mundo, con el placer añadido para el visitante de poder desandar a pie las calles del Centro Histórico de una ciudad declarada maravilla del mundo moderno.
Cuando en mayo de 2017 abrió sus puertas este hospedaje de fachadas herméticas y vista al Parque Central, lo hacía conservando una larga historia vinculada con el comercio y el desarrollo de la urbe citadina. Y es que se erigió en la otrora Manzana de Gómez, construida entre 1894 y 1917 como el primer centro comercial en estilo europeo.
En su sexto y último piso, memorable obsequio regala el Kempinski a sus huéspedes. En ese nivel se haya un gimnasio desde el que se divisa exclusivamente La Habana Vieja, en tanto hay una piscina que, mientras tomas un chapuzón, puedes observar el emblemático Capitolio y el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Y para seguir complaciendo gustos refinados, en la actualidad se levantan los inmuebles de alto estándar “Prado y Malecón” (previsto para 2019) y “Packard”, que se espera abra en 2018 ubicado en la esquina de la calle Cárcel y el populoso Paseo.
De los antecedentes del área donde se construye esta última edificación, se sabe que ahí radicaba el antiguo Hotel Biscuit, inaugurado en 1911 y que en 1931 adquirió el nombre de Packard, en alusión a la tradicional y recordada marca estadounidense de automóviles.
Por: Lissett Izquierdo Ferrer
Fotos: Abel Padrón Padilla
(ACN)